El programa –Pueblos Mágicos– ha pretendido desde sus inicios el aprovechamiento de los recursos naturales y/o culturales del país, incrementar el empleo, así como, fomentar la inversión pública y privada para elevar los niveles de bienestar de la población.
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Las experiencias únicas, la gestión de las emociones, el grado de satisfacción de los turistas y excursionistas, requieren de la definición de actividades y amenidades estructuradas para que el visitante ocupe intensamente sus tiempos de esparcimiento durante su estancia, teniendo como resultado de ello: Más gasto, más estadía, mayor ocupación de los establecimientos turísticos, mayor derrama económica y beneficio social.